Quizá nos parezca extraño, pero realmente no debemos desestimar la importancia de algo tan aparentemente sencillo como pueda ser una tarjeta de invitación. Tengamos presente que esa misma tarjeta va a ser la carta de presentación del evento que estemos organizando. Será lo primero que vea el invitado, la primera noticia que tenga.
En una boda, en un bautizo, o incluso en una fiesta de cumpleaños, la primera impresión necesariamente la marcará la propia invitación, el modo en que la hayamos realizado, y el modo en que la entreguemos. Puede llegar incluso a predisponer el estado de ánimo de nuestros invitados, para bien o para mal. Resulta evidente, pues, que una tarjeta de invitación no es algo que podamos tomar demasiado a la ligera.
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